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El Metro de Granada, adscrito a la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio que dirige Marifrán Carazo, ha transportado desde el Viernes de Dolores y hasta el Domingo de Resurrección a 313.669 viajeros, cifra idéntica al de la Semana Santa de 2019. El metropolitano consolida, de esta forma, la tendencia de recuperación plena del volumen de usuarios previo a la pandemia sanitaria, un comportamiento que ya se observó en los datos del primer trimestre del presente año y, más concretamente, del pasado marzo.

Metro de Granada, que gestiona la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, ha cerrado el primer trimestre de 2022 con un volumen de usuarios de casi 2,6 millones de usuarios (2.578.355), cifra que equivale a un incremento del 76,6 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. Además, la recuperación de la demanda previa a la crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19 se ha ido afianzando en estos primeros tres meses del ejercicio.

Metro de Granada, que gestiona la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, ha cerrado el primer trimestre de 2022 con un volumen de usuarios de casi 2,6 millones de usuarios (2.578.355), cifra que equivale a un incremento del 76,6 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior. Además, la recuperación de la demanda previa a la crisis sanitaria por la pandemia del Covid-19 se ha ido afianzando en estos primeros tres meses del ejercicio.

Metro de Granada, gestionado por la Agencia de Obra Pública de la Junta de Andalucía, pondrá en marcha el operativo especial de Semana Santa entre el Domingo de Ramos, día 10 de abril, y el Sábado Santo, día 16 de abril. El  metropolitano dará servicio ininterrumpido desde la mañana del Miércoles Santo, en la que el primer tren saldrá de las paradas de cabecera a las 6.30 horas, hasta el Viernes Santo, en el que el último servicio comercial saldrá de cabecera a las 2.00 horas de la madrugada del sábado.

Metro de Granada está instalando nuevos asientos en las cabinas de conductores de la flota de trenes con el fin de aumentar la funcionalidad de los mismos y hacer la conducción más confortable. Esta mejora, que atiende una petición de la plantilla de trabajadores, repercute positivamente no sólo en las condiciones de trabajo, sino en el servicio.