El metropolitano de Granada, sistema de transportes que gestiona la Junta de Andalucía, cuenta con dos coches eléctricos en su flota para las labores de inspección de la línea y la operativa del servicio de operaciones. Con estos vehículos de motor eléctrico se pretende incrementar las acciones de reducción de emisiones de gases con efecto invernadero que promueve este medio de transportes en el área metropolitana de Granada.
Estos dos vehículos, que forman parte de la flota de operación y mantenimiento del sistema tranviario y tienen una autonomía aproximada de 300 kilómetros, se cargan en los aparcamientos de Talleres y Cocheras, en una acometida con dos puntos de conexión de 7,4 KW de potencia máxima, que permite la recarga de vehículos en un máximo de 3-4 horas.
La instalación está dimensionada para poder ampliar la dotación de los puntos de recarga hasta un máximo de seis enganches. Además está previsto completar la puesta en servicio de la instalación fotovoltaica que se ubica sobre los lucernarios del edificio de Talleres, de manera que el suministro eléctrico para la recarga de estos vehículos se podrá obtener de la energía solar.
La puesta en marcha del metropolitano de Granada hace más de ocho meses ha supuesto un revulsivo para la movilidad en el área metropolitana, contribuyendo a la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos a través de un modelo de transportes público más sostenible y amable con el medio por el que discurre. De hecho, el metro no contribuye directamente a la generación de gases con efecto invernadero (CO2), pues utiliza energía eléctrica y, por tanto, no genera ninguna emisión contaminante durante sus desplazamientos.
Huella ecológica del metro
La Consejería de Fomento y Vivienda de la Junta de Andalucía había previsto que el sistema de transportes del metropolitano captaría unos 8.000 vehículos diarios de la circunvalación de Granada. Sin embargo, el éxito de la demanda del metro ha disparado las expectativas y, según los aforadores de la Autovía A-44, la reducción real de vehículos asciende a 11.308 coches diarios.
El uso del metropolitano de Granada se sitúa en 2018 en una media diaria superior a los 28.000 usuarios y asciende a más de 32.000 viajeros en días laborales. Concretamente, la reducción de vehículos en la circunvalación de Granada implica a su vez la reducción de 4.400 toneladas anuales de emisiones de anhídrido carbónico, 6,7 toneladas de óxido de nitrógeno y 0,59 toneladas de micropartículas. Este efecto sobre la calidad del aire es el mismo que si se plantaran 21.000 árboles en el área metropolitana.
Además, la huella ecológica del metro de Granada también se puede medir atendiendo a la liberación de espacio urbano que ha supuesto la puesta en servicio del nuevo sistema de transportes. De hecho, la construcción del metro ha implicado la reurbanización integral de toda la traza, de fachada a fachada, concediendo más espacio para el peatón y otros medios de transportes no motorizados.
El metro de Granada, infraestructura impulsada por la Consejería de Fomento y Vivienda y cofinanciada con Fondos FEDER de la Unión Europea, consta de un trazado de casi 16 kilómetros de longitud, que discurre por las localidades de Albolote, Maracena, Granada y Armillla, y de los cuales 2,7 kilómetros discurren bajo tierra a través del eje Camino de Ronda – Avenida de América, en la capital.